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“Remuneración neta” es un término que todos deberíamos entender a la perfección. Por eso, en este artículo te explicamos más a detalle lo que implica en tu día a día.
Como empresario, es necesario tener en cuenta las diferentes terminologías para referirse a la remuneración de tus empleados. Desde el contemplar las retribuciones no económicas, prestaciones, remuneración neta y salario bruto. Cada uno de estos términos resulta sumamente útil para poder administrar adecuadamente tus recursos humanos. Al mismo tiempo, puedes implementar estrategias que te posicionen frente a otras empresas para atraer al mejor talento humano.Conocer cuál es la remuneración neta y real de tus empleados es un paso fundamental. Por ello, en este artículo te explicamos más sobre este término.
Los salarios y retribuciones no económicas
Antes de entrar de lleno en el término de “remuneración neta”, es necesario establecer que existen diferentes tipos de retribuciones. Incluso, podemos hablar de aquellas retribuciones no económicas que complementan el salario de tu talento humano.
Queda claro que el intercambio monetario por horas de trabajo es el contrato laboral base de tus empleados. Según la Unidad de Desarrollo Productivo de la Secretaría de Economía, existen distintos tipos de remuneraciones posibles. Dos de ellas son económicas:
- Retribución fija. El cual podría considerarse como el sueldo base. Se otorga según las tareas y capacidades del empleado, respondiendo a la Ley Federal del trabajo. Profundizaremos un poco más
en ella al hablar de la remuneración neta. - Retribución variable. Son los bonos que complementan el salario fijo. Suelen ser una estrategia para motivar la productividad de los empleados. Mientras la tercera no lo es:
- Retribución en especie. O a los que nos referimos con retribuciones no económicas. Son bonificaciones que suelen complementar el salario, pero que no implican la transacción de dinero.
Las retribuciones en especie, o no económicas, suelen ser igual de valiosas que los salarios. En muchas ocasiones se les considera prestaciones, ya que involucran servicios de salud, vales o vacaciones y días de descanso. Aunque, las remuneraciones no económicas también pueden ir enfocadas a mejorar el ambiente laboral. Así, puede ser un incentivo no monetario la flexibilidad en los horarios de trabajo. Pequeñas compensaciones que mejorarán la motivación de tus empleados. Probablemente te interese nuestro artículo: Cómo motivar al capital humano de una empresa
La remuneración neta y el salario bruto
Pero, habiendo ya abordado un poco más sobre las retribuciones no económicas. Llega el momento de hablar sobre los salarios para tu talento humano. En los términos financieros para hacer el pago de nóminas, existen dos términos básicos pero confusos: “Remuneración neta” y “Salario bruto”.
Salario bruto
Empecemos con el salario bruto que depositas a tus empleados. Esta transacción de dinero es aquélla que les cuesta a los empleadores antes de las deducciones. Así, el salario bruto es la cantidad real de dinero que inviertes para retribuir el trabajo de tu talento humano.
Remuneración neta
- Mientras, la remuneración neta es
la cantidad real de dinero que reciben tus empleados por sus horas de trabajo.
- por sus horas de trabajo. De manera en que la remuneración neta suele ser inferior al salario bruto.
¿En donde radican esas deducciones?
Cualquiera podría creer que la reducción del monto en la remuneración neta se centra en el pago de impuestos. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Si bien, existen impuestos de nómina que reducen el salario que llegará a los empleados. También están vigentes las retribuciones en especie mínimas de ley.
Es decir que una parte del salario bruto estará destinada a servicios de salud y fondo de ahorros. Del mismo modo en que una parte se destina a los créditos hipotecarios. Así, parte de las reducciones en la remuneración neta, sirven para otorgar retribuciones no económicas. Una inversión que resultará de gran ayuda para la motivación de tu talento humano.
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